
Cuando los monjes gobernaban el gallinero.Abadía Sainte-Marie
Imagínese en el siglo XI… En el corazón de Mimizan, centro neurálgico de la vida espiritual y económica local, se alza una abadía. Hoy en día, el único recuerdo de su grandeza pasada es su campanario, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Pero ¡qué campanario! Sus esculturas policromadas del siglo XIII cuentan historias fascinantes de santos, demonios y vida medieval. Un auténtico libro ilustrado en piedra.
Y eso no es todo. Cuando había tormenta, este famoso campanario era el terror de los marineros. Imagínese la escena: su barco está luchando contra los elementos y, de repente, ve esta aguja asomarse por encima de las dunas… No es precisamente tranquilizador. Los marineros gascones incluso lo convirtieron en un dicho: «Que diou nous préserbi dou cantic de la sirène, dou coudic de la balène et dou cloucher de Mamizan», es decir, «¡Que Dios nos proteja del canto de las sirenas, de la cola de la ballena y del campanario de Mimizan! Así que nuestro campanario tenía una reputación tan impresionante como la de una criatura mitológica.